La sonrisa, el sol
el viento entre las manos,
y los pies movedizos.
No es costumbre ni sed,
y espía abierta y cerrada,
con la nuca descansa.
Los sueños azules son,
si la noche acompaña,
un velador que ampara.
Los dedos en pinza,
los movimientos cortados
reflejan cariño o piden salida.
De espaldas descansa,
boca abajo trabaja
y asoma al son de risas nuevas.
A veces llora,
a veces actúa,
siempre ama.

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