En más de un audio, mis amigos han remarcado que al darle play oyen el canto de mil pájaros. Es verdad, la casa está rodeada por diferentes especies de árboles, donde sobresalen un sauce llorón y un cerco guacho que es el barrio de diversas especies de aves. Pero hay tres parejas que son como del lugar.
La primera que reconocimos fue la de unas calandrias que todas las mañanas pican el suelo húmedo y se molestan entre ellas. Está claro cuál es la hembra y cuál el macho. Ella es apenas menos gris que él y es la que más canta.
También están las palomas torcazas, de plumaje plomizo. Siempre se juntan al sol y se hacen como un bollo de plumas y dormitan calentitas. No es fácil distinguirlas, pero la hembra es más flaca y tiene un pico más refinado.
La última pareja es de los horneros peronistas. Su casa está en proceso desde fines de marzo, cuando llovió después de muchos meses de sequía. Ahora promedia el invierno y si la construcción sigue dura y pareja, para la primavera o antes, van a inaugurar y darle cierre a la obra.
Ahora el cerco está casi pelado, pero las tres parejas no lo abandonan. Seguro esperan que vuelva el verde y se ponga todo frondoso. No hacen ruido, es música. Sigue bastante tranquilo el barrio.
Comentarios
Publicar un comentario