Ir al contenido principal

Los pájaros y los días


No hace mucho los libros “Animales” de Hebe Uhart y “Allá lejos y hace tiempo” de Guillermo Hudson, me llevaron de vuelta a la niñez, cuando acompañaba a mi papá a los molinos y en el camino de ida íbamos hablando de todas las especies de pájaros. Si me dieran a elegir ser un animal elijo un pájaro y si puedo apuntar una especie, selecciono al más bonaerense y libre de todos: el chimango.

Siempre nos resultaron pájaros pícaros, con mucho cielo. Un poco solitarios, con el tiempo dispuesto a la expectativa de las horas. Los chimangos no tienen buena prensa para las personas pulcras y con altas morales: el chimango es carroñero, sucio y ruin. La expresión popular determina que cuando algo resulta inútil es igual a “gastar pólvora en chimango”. Pero los tipos no lo saben, ni les importa.

Los prejuicios también los hacen más libres: nadie gastaría su tiempo en intentar cazarlos. Y nunca faltan en ningún evento: canchas de fútbol, carreras de autos, atletismo, hockey, doma. Siempre hay algún chimango dando vueltas. Nunca desisten del rastrero típico que consiste en sobrevolar la zona escogida, esperar, pasar el informe a los compañeros y aprovechar la volada.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Siberiano

    Los perros siberianos son una raza escapista.          Mirá, el botón éste regula los espejos. No pongo la calefacción porque esto se va a poner como un horno. Tiene algunos detalles, pero bueno, me lo vendió el dueño de la agencia. Fui y le dije viste que no quería que me atienda ningún empleado. Después tengo que volver. El dueño me dijo que me va a avisar por un turno para acomodarle los detalles. El ojete que tuve: me dijo que era de una maestra.    En cualquier estación, erran hacia territorios alejados.       ¿Todavía es de tierra esta calle? Pensé que ya la habían asfaltado. Mil años que no pasaba. El otro día pensaba: qué suerte que ya no voy a tener que volver al colectivo los domingos a la tarde, con todo el negrerío que viene a la Laguna, a pescar. ¿Sabés lo que debe ser cuando suben todos al tren, después? Tres horas con esta gente, imaginate: todos chupados, sucios y a los gritos. Ojalá que... ¿...

Los socios cuervos

Hace poco escuché una historia sin ficción: la viveza de los cuervos. Aves especialistas, tácticas, fagocitadoras. Los estudiaron. Los cuervos comienzan a acercarse desde lo alto a las manadas de lobos con el fin de entablar sociedad con ellos. Al principio hacen la farsa de prestar servicio y desde arriba marcan la presencia de las presas y, como nunca fallan con el bate, los lobos no discuten y son interpelados por la eficacia de los socios cuervos que siempre le apuntan a los animales con pocas horas de vida, los más lastimados o viejos y bichocos. Así, la sociedad entre lobos y cuervos crece. A más presas fáciles de cazar la estima de los lobos los recompensa y las sobras son todas para los cuervos.  Y los cuervos multiplican, entonces, las ganancias y así los lobos comienzan a trabajar para ellos. Las manadas no paran de recorrer los espacios en donde tengan procurado el alimento, guiados por los escuadrones de los rapaces que se muestran como amables y serviciales. Tanto es a...

Un tren que pasa

   Al otro lado suena la bocina de un tren y en revancha los pájaros cantan todos juntos. La brisa de la mañana es parecida a otras, mientras el sol alumbra todo el verde. Sus luces recomienzan cada vez que atraviesan los espacios de sombras. Varios perros se ladran a lo lejos, se dicen-ladran mensajes que nadie descifra. Los pájaros no se dividen los territorios por especie: entonces el Hornero cuida su casa y la Urraca silba un tango de ave chica. Los gatos no se levantan temprano: nadie se entera que más tarde sus ojos van a mirar todo sin parecer curiosos o metidos. Los pontones de hormigueros son un acampe con reclamos a la naturaleza: que llueva que llueva. Como dispersos cantores solitarios, los grillos descansan de sus baladas de la noche. Las hojas caen y se preparan para crepitar y morir de puro secas.       El perro de al lado no ladra, pero escucha. Quiere enterarse de lo que pasa en todos los barrios del mundo. Está sentado, mueve la cola, ...