El borracho típico: reluce su falta de timidez cargado con tres chops. El borracho errado: piensa que es vivo y que lo están mirando. El borracho solidario: pasa y convida, habla pero nadie interpreta más allá de sus gestos universales. El borracho sin techo: no llora, pero cuenta historias tristes que pueden no terminar hasta que hay que irse. El borracho nuevo: tiene cara de preocupación aunque se muestre alegre y simpaticón. El borracho catártico: descarga toda su semana o su vida con empujones, trompadas y también llantos. El borracho nudista: cualquier acción desde su óptica amerita sacarse ropa de encima. El borracho aspiracional: también conocido como frutilla —se junta con la crema y piensa que es rico— se acoda a la barra, invita a los gritos, financia la carrera de los dueños del boliche y se hace cara con quienes atienden la barra. El borracho familiero: abraza y aconseja a todos sus contactos, porque lo suyo son los contactos. El borracho salivador: habla y escupe, muy de orejas mojar. El borracho perdido: se refiere al resto como si hubiesen compartido la previa y no es raro encontrarlo a la salida y presentarlos como parientes lejanos. El borracho bailador, es parte de una escena que la vive solo, pero que la comparte y sin saberlo, entra en sintonía con sujetos en su mismo trance a varios metros de distancia. Esta especie tararea canciones y gesticula como buen hijo de la cultura del clip. El borracho desvergonzado: considera que su estado alcohólico lo habilita para adjetivar vidas ajenas y acciona amparado en su derecho por piltrafa. El borracho silencioso: puede que el efecto de su bebida lo haya amenazado con vómitos, entonces fiel a su marca, se esconde en rincones neutrales. No responde preguntas y mira para abajo. El borracho amistoso: considera que el lenguaje universal de la amistad tiene música, chicas y cerveza como en las publicidades de cerveza o de celulares, donde la gente va corriendo toda para el mismo lado. No cayó de la ilusión. Hay muchos más, pero como el borracho querido, difíciles de encontrar y fáciles de recordar. Todas las personas siempre dicen lo mismo para referirse a él: “Es del tipo de borracho de esos que no jode a nadie”.
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