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Las trabas


Nadie me va a venir a decir a mí lo que son las trabas. Yo las pude entender de grande, pero eso no significa que tenga que explicarle a todo el mundo el punto ni todo el otro asunto: una cosa es saber de trabas y otra es relacionarse con ellas y sus fallas. Digo fallas y me asusto un poco, me da pánico. Las trabas se respetan.

Existen trabas que engañan y también las hay de las que se disimulan con un poco de pintura encima. Pero a mí nadie me va a explicar porque me dediqué y viví de calcular trabas a ojo. Yo hoy, así medio bichoco y con estos lentes hecho pedazos, te reconozco una traba de a metros. Tengo ojo para detectarlas y reconocerlas de lejos. Qué tanto, soy medio especialista en trabas. Lo que veo yo, por ahí, otro ni lo nota. Es fácil: las trabas se delatan solas. Te miran.

Una vez un compañero que de trabas dijo que sabía, las ignoró al momento de calcularlas. Con otro compañero le dijimos que se fijara bien, pero se ofendió. Y lo peor de todo es que el tipo se mostró a la defensiva con una férrea porfía sobre sus trabas mal puestas. Al final, lo mandamos a otro lado y tiramos esa pared y cuando volvió no reconoció las trabas nuevas. Con el compañero nos miramos, pero sin dar señales de nada. Su pecado fue no reconocer sus propias trabas.

Ahora anda en otro pelotón y seguro que ya se mandó la parte con que es un especialista en trabas. Yo no creo que sea del todo así, porque acá el que sabe no lo anda diciendo a cada rato ni mostrando lo que hizo. El que sabe, sabe por distinguir trabas de lejos. A este lo escuchamos tanto que al final dijimos, bueno si lo dice es porque habla de lo que sabe. Y resultó flor de bolacero. Con nosotros se curó, aunque seguro seguirá creído que todavía es el mejor en tema trabas.

Ojo que yo no tuve formación, lo mío fue observar a los que saben, y jamás nadie me llamó para decirme que se le rajaron los rincones o que se les llovió el techo. Si un día, por esas casualidades, viene uno y me avisa, quedate tranquilo que soy el primero en reconocerlo. En otro tiempo, por ahí, lo sacaba a las apuradas. La gente qué sabe de trabas, no entiende que es para tanto: sin trabas se caerían las paredes.

*** 

Foto: Nico B Mansilla

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