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Pato Lacoste y la memoria infinita

 


Lobense, profesor de Lengua y Literatura egresado de la UBA, un soñador quizá. Escritor, director teatral. De pensamientos claros en una época oscura. Desaparecido por la dictadura cívico-eclasiástica y militar. Así lo rearma Mariano, su hermano. “Pato poseía una particularidad muy cómica: era rubio, de tez bronceada, pero tenía bigote negro. Eso llamaba mucho la atención en los demás”.

Consejos. “Tenés que leer. Siempre leé, leé y leé”. Profesor. “Tenía la fórmula para hacerte disfrutar libros”. Días. “Su vida era como la de cualquiera: ir a un baile o conocer a alguna chica. Recuerdo sus salidas en bicicleta con sus alumnos a conocer almacenes viejos y pulperías de Empalme Lobos en bici”.

Conocimientos. “Sabía inglés. Su forma de ser era íntegra: le gustaba leer, escribir, expresarse, tenía una memoria envidiable”.

Cultura. “Le gustaba mucho el teatro, el cine y la música, tanto jazz como música brasilera, folklore y tango. Era un amante de la música”.

Noche del 15 de octubre. “Los 3 encapuchados que entraron a la casa de Pato, lo hicieron con un escopetazo en la puerta, le pegaron un culatazo y se lo llevaron en un Falcon. Mi cuñada salió corriendo a la casa de mi vieja para avisar. Nos estaban esperando con la comisaría abierta, tomando mates”.

La denuncia. PRIVACIÓN ILEGÍTIMA DE LA LIBERTAD POR 3 N.N ENCAPUCHADOS. “Hallábase descansando junto a su esposa quien escuchó una violenta explosión, penetrando en su dormitorio 3 N.N armados y encapuchados, los que procedieron a llevarse a su esposo. Los autores del hecho fugaron en dos automóviles de los cuales ignora características”.

Mariano sigue. “Según ellos fue consecuencia de unas reuniones en el colegio Nacional, sobre que él había estado dando clases de política. Ellos se enteraron y procedieron”.

Mucho antes, dice Mariano. “Una vez estábamos en el patio del colegio de Hermanas, en la canchita de fútbol, donde había plantas de mandarina y de naranjas. Estábamos comiendo y vino una de las hermanas, bravísima, a retarnos y todos me dieron las mandarinas y la vieja me cagó a pedos a mí. De Pato nunca me olvido”.


Foto: captura del documental "Quiénes" de Carolina Vinay

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